domingo, 30 de enero de 2011

DOMINGO

En esta calle, en la que los suicidas también toman impulso, he deshojado mi libro de walt whitman desde la ventana de mi piso. Oh amado viejo, hay días que ni tus versos pueden salvar a un hombre. Algunas hojas caen como plomo para poder cicatrizar está árida tierra; pero que profundas son las heridas. Otras brillan por el sol llenas de vida, puedes sentir que rápido caen presas del viento que las aleja de mí en todas las direcciones. Que diría aquella que se ha vuelto un pájaro y va en busca de su nido, de saber qué es un nido. Qué sola está la calle, que gastada la encuentran mis ojos. Siento algo de pena al ver tus versos recorrerla sin que puedan detenerse, sin que nadie pueda rescatarlos. Allí vas tú y va el vuelo de todos los hombres, frágil, doloroso, llenándose de llagas en el suelo simplemente para poder seguir viajando. Que hermosas aquellas hojas que desconocen donde termina la calle. Ojala alguien las encuentre y piense en ti, y piense en mi también, ahora que he perdido toda esperanza. Que cruel es verlas partir y comenzar a olvidarlas. Amado extraño, písalas pronto y has temblar la tierra. Llénate de amor y si hay tiempo ven a rescatarme. Hazlo hoy que han muerto mis amigos porque es domingo. Hoy que las botellas en los estantes se han vuelto más traslucidas que nunca ya que no he podido matar nada con ellas, ni con vidrios ni con respuestas. Ya nos veo a los tres en esta habitación: Walt, tu y yo. Todos siendo uno.

-¿Qué te pasa?
-No sé. Respondere
-¿Estás enfermo?
-Sí.
-¿Qué te duele?
-No sé.

Y nunca más escuchare otra palabra mientras me miren esos ojos llenos de dulzura, lo prometo.

Pero estoy solo y no puedo dejar de notar que las hojas siguen rodando allí abajo. Una pasa por la débil sombra del árbol que sembró mi padre antes de partir, que dolorosa memoria del amor. Algún día alguien podrá recostarse bajo ella a escuchar la hierba crecer, conmovido por los misterios de este universo pero ignorando completamente cuánto sacrificamos nosotros para hacerle creer que la vida a veces es bella. Me despido de aquella última hoja, algo de fe y algo de desesperación regalo en ella. Ahora descansa bajo las patas de una pequeña hormiga que aplasta toda existencia; cuan poco peso ha despojado esta calle de toda metafísica.

Amado hermano, Walt, me despido de ti hoy que he sentido la carne en tus versos, aquellos en los que he encontrado más verdades que en todos los silencios de Dios. Pero hoy no son suficiente, hoy necesito creer, necesito la palabra y necesito la luz. Anhelo que los muertos que se me aparecen en sueños me tomen de la mano y levanten mi cabeza dulcemente para poder mirarlos una vez más. Qué es lo que hace falta para que un hombre pueda salvarse un Domingo como este, déjame averiguarlo, Oh Dios, no me dejes morir hoy porque moriría lleno de muerte.

2 comentarios:

  1. Volando perdida en esta noche sin viento, vino a posarse en mi ventana una hoja un fragmento... para que no olvide el cimiento...

    "¿Quién anda por ahí anhelante, místico desnudo?
    ¿Cómo es que saco fuerzas de la carne que tomo?
    ¿Qué es un hombre, realmente? ¿Qué soy yo? ¿Qué vosotros?
    Cuanto diga que es mío deberás apropiártelo.
    De otra forma, escucharme sería perder tu tiempo.
    No voy gimoteando a través de la tierra:
    Que los meses se pasan, que la tierra es fangosa, miserable y muy sucia.
    Gemidos y plegarias serviles son remedios para enfermos e inválidos; quede el conformarse muy lejos de mi vida,
    Yo me pongo el sombrero dentro y fuera de casa.
    ¿Por qué tengo que orar? ¿Y adorar y andar con ceremonias?
    Después de escudriñar en los estratos, de analizarlo todo, de hablar con los expertos y calcular minucias,
    He llegado a saber que el sebo más sabroso va adherido a mis huesos.
    Me veo en todos, ninguno es más que yo, ni es menos un grano de cebada.
    Sé que soy fuerte y sano,
    Todo marcha hacia mí, constantemente,
    Todo me escribe y debo descifrar lo que me dice.
    Sé que soy inmortal.
    Sé que mi órbita no podrá ser descrita con compás de artesano,
    Que no me perderé como se apaga la espiral que en la sombra traza un niño con fuego de un carbón encendido.
    Sé que soy venerable,
    Y no fuerzo a mi espíritu a que explique o defienda,
    Pues las leyes más fijas nunca piden disculpas
    (Después de todo no soy más orgulloso que el cimiento que sustenta mi casa),

    Existo como soy, con eso basta,
    Y si nadie lo sabe me doy por satisfecho,
    Lo mismo que si todos y uno a uno lo saben,
    Hay un mundo al que tengo por el mayor de todos, que soy yo y que lo sabe,
    Si llego a mi destino, ya sea hoy ya sea dentro de millones de años,
    Puedo aceptarlo ahora o seguir aguardando, con igual alegría.
    La base donde apoyo mis pies es de granito,
    Me río cuando dicen que puede disolverse,
    Porque conozco lo que dura el tiempo."

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  2. Gracias por traerlo de regreso.

    "No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
    sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
    No te dejes vencer por el desaliento.
    No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
    que es casi un deber.
    No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
    No dejes de creer que las palabras y las poesías
    sí pueden cambiar el mundo.
    Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
    Somos seres llenos de pasión.
    La vida es desierto y oasis.
    Nos derriba, nos lastima,
    nos enseña,
    nos convierte en protagonistas
    de nuestra propia historia.
    Aunque el viento sople en contra,
    la poderosa obra continúa:
    Tu puedes aportar una estrofa.
    No dejes nunca de soñar,
    porque en sueños es libre el hombre.
    No caigas en el peor de los errores:
    el silencio.
    La mayoría vive en un silencio espantoso.
    No te resignes.
    Huye.
    "Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
    dice el poeta.
    Valora la belleza de las cosas simples.
    Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
    pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
    Eso transforma la vida en un infierno.
    Disfruta del pánico que te provoca
    tener la vida por delante.
    Vívela intensamente,
    sin mediocridad.
    Piensa que en ti está el futuro
    y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
    Aprende de quienes puedan enseñarte.
    Las experiencias de quienes nos precedieron
    de nuestros "poetas muertos",
    te ayudan a caminar por la vida
    La sociedad de hoy somos nosotros:
    Los "poetas vivos".
    No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ..."

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